Entrevista realizada a Cosme Javaloyes, por Jesús Nicolas, para el diario La Verdad, el lunes, 28 de octubre de 2024
En 2019, Puente Alto se llevó parte de lo peor de la DANA. Cinco años después, el presidente de los empresarios del polígono oriolano hace un balance positivo. Recalca que las empresas han sabido sobreponerse y la ocupación roza «el 100%». Aun así, alerta de que las inversiones en salas comunes, viario y zonas verdes corre peligro si no se ejecutan antes de final de año y, aunque no observa como competencia el crecimiento industrial en nodos como el de Albatera-San Isidro, sí señala con preocupación que la lentitud de la burocracia está favoreciendo que pueblos como Almoradí o, incluso, Bigastro «nos están adelantando por la izquierda y por la derecha»
–Han pasado cinco años de la DANA de 2019. ¿Se ha recuperado el polígono Puente Alto de sus consecuencias?
–Sí, prácticamente no queda ningún vestigio. Está todo en orden. Además, con las subvenciones del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace), pues se ha mejorado también mucho todo el polígono y, ahora mismo, las empresas, que yo sepa, no tienen ningún recuerdo de aquello.
–Aun así, el polígono sigue estando en una zona inundable. ¿Echa en falta alguna infraestructura que palíe ese riesgo?
–Los proyectos que hay son a muy largo plazo. Evidentemente, echamos en falta la canalización de la rambla de Abanilla. También la presa de Tabala. Ambos no dejan de ser los proyectos que reclamamos toda la Vega Baja. También hay que tener en cuenta que lo que pasó en 2019 pasa cada 150 años. Lo que cayó fue una barbaridad. Y eso no es algo normal.
OCUPACIÓN «AL 100%»
«Me llaman muchas empresas que buscan terreno, pero no hay naves disponibles»
–¿Y qué le parece que, cinco años después, la CHS siga sin dar solución a la rambla de Abanilla?
–A mí, cuando me presentaron el proyecto para desviar las aguas, les dije que no lo iban a conseguir ni en 15 años. Lo veo muy difícil de realizar porque los ayuntamientos por donde pasaría la canalización, como puede ser Albatera, San Isidro o Dolores, no lo iban a querer. Soy bastante pesimista con este asunto.
–Después de la DANA, vino la pandemia, ¿ha afectado mucho a las empresas del polígono?
–Cualquiera de las dos catástrofes se han podido subsanar. Ahora mismo, no hay empresas vacías. Está todo al 100%.
–¿Tiene más capacidad el polígono entonces para crecer?
–Sí, ahora mismo me llaman muchas empresas que buscan terreno para instalarse y no hay naves, ni para comprar ni para alquilar. Antes de la DANA, había un proyecto de ampliación, el PAU 17, pero después de 2019 ya se entendió que aquello no era realizable porque pisaba la rambla. Pero hay otro PAU, el 16, que yo creo que sí se podría hacer y uniría el polígono con la carretera de El Escorratel. Eso daría más vida a estas instalaciones porque se podría hacer un carril bici que nos conecte con Orihuela.
–Otra de las reivindicaciones que arrastran es la creación de una rotonda de acceso desde la N-340.
–Carreteras ha sido hasta ahora muy reticente, pero parece que ahora sí estarían más abiertos, después de hacer las obras en el barrio de San Carlos, según me transmite el concejal de Urbanismo. De momento, estoy a la espera de la reunión. No me han dicho nada.Carreteras quiere hacer una ‘turborredonda’ que le llaman, pero eso es más lento porque necesita de expropiaciones.
ROTONDA EN LA N-340
«Carreteras antes era muy reacia, pero ahora parece que está abierta a hacer una ‘turborredonda’»
–Antes mencionaba las ayudas del Ivace. Hace un año se hablaba de crear una serie de infraestructuras como salas de reuniones, zonas verdes…
–Lo último que tengo escuchado es que se va a licitar y que, en breve, de aquí a final de año, tiene que estar hecho porque las subvenciones te dan de margen hasta el 31 de diciembre para tenerlo hecho. La semana pasada, el técnico municipal me dijo que sí, que ya estaban licitando y que se tenía previsto arreglar la carretera entre el polígono y Redován y que, en breve, noviembre o diciembre, pues empezarían con las obras.
–En los últimos años, hemos asistido a un crecimiento de la actividad industrial en Albatera y San Isidro, ¿le preocupa esa competencia?
–Es cierto que otros lo ven como competencia, pero también es cierto que nosotros tenemos prácticamente el 100% del polígono cubierto. Entonces, lo que estamos haciendo es un ejercicio de simbiosis, de intentar llegar a acuerdos con esos polígonos.
–¿En qué sentido?
–Por ejemplo, una de las próximas reuniones es para ver el tema de residuos, ver cómo se pueden aprovechar los residuos que producen algunas empresas y si hay otras empresas que los manejan, por ejemplo, en La Granadina.
–El Ayuntamiento está abogando por crear un Parque Empresarial, ¿cómo ve ese proyecto?
–Todo lo que sea crear suelo industrial, será bueno para Orihuela. De hecho, yo tampoco veo esto como competencia. ¿Quién dice que empresas como la mía no van a necesitar más terrenos y crean otra base allí? Lo que también es cierto es que este proyecto no es nuevo, yo recuerdo que lo presentó Antonia Moreno. O sea, llevamos ya tres legislaturas con el tema y da igual el partido que esté que las cosas siguen yendo muy lentas.
–No teme entonces un éxodo de empresas a ese futuro parque
–No, mover una empresa cuesta mucho dinero. Más cuando lo que se puede hacer, si se necesita más terreno, es, digamos, tener dos sucursales. Estoy convencido, además, de que, si se va una empresa de aquí, otra empresa cogerá esa nave que ya está preparada.
–Cada vez más oriolanos tienen que salir fuera para trabajar, ¿falta tejido empresarial?
–Se está perdiendo y nos están adelantando por la izquierda y por la derecha varios pueblos de la Vega Baja; por ejemplo, Almoradí o, incluso, Bigastro, que, pese a que su polígono está peor situado, tienen más facilidades a la hora de pedir licencias de obra. Cualquier trámite que haya que hacer con un Ayuntamiento, fuera de aquí es más rápido. Entonces, las empresas se van fuera. Aquí cualquier cosa que se haga es superlenta. Aquí te dan una licencia de apertura a los 15 años mínimo. Y eso solo en el sector productivo de la zona industrial, pero también sucede con el sector del ocio y el turismo.